Católicos

Los sacramentos en la Iglesia católica son rituales donde se produce un encuentro místico del creyente con Dios. Nominalmente, la palabra bautizar significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; Entre los sacramentos, ocupa el primer lugar porque es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo los fieles son liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegan a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Antiguamente se le denominaba baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo y el ritual ya existía en la iglesia judía y ahora sigue existiendo en la mayoría de las asambleas de creyentes cristianos. Forma parte de los llamados sacramentos de iniciación.

La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Tras el baustismo los católicos aproximadamente a los 8 años reciben por primera vez este sacramento. En el rito, el sacerdote presenta el pan y vino para transformarlos en el cuerpo y la sangre de Cristo, al igual que ocurrió en la última cena donde Cristo antes de su muerte se ofreció a sus discípulos en sacrificio. Es el principal sacramento y los católicos tienen obligación de asistir a esta celebración llamada misa o eucaristía los domingos y especiales fiestas religiosas de año. Por medio de la Eucaristía los católicos participan con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. Cabe mencionar que para el catolicismo este ritual no es un símbolo sino que es Jesucristo mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad presentes en la Eucaristía, debido a esto es llamado El Santísimo Sacramento. La transubstanciación es común en la iglesia católica y ortodoxa, pero no en las protestantes.

Hacia los 15 años los católicos pueden recibir el sacramento de la confirmación donde reafirman su fe y su pertencia a la Comunidad desde el bautismo. En este caso de manera consciente aceptan seguir formando parte de la Iglesia Católica. Es habitual recibir este sacramento tras unos años de formación por parte de los llamados catequistas que forman a los creyentes en los aspectos básicos de la fe católica. Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. La recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. A los bautizados el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras.

Confesión: Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión, la vuelta al Padre del que el hombre se había alejado por el pecado. Se denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador. Es llamado sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador. Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y la paz" Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia.

Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios"
Este sacramento actualmente está en desuso pero antiguamente era muy utilizado ya que las enfermedades no tenían curación como la medicina actual puede resolver. Por ejemplo la expresión "Jesús" cuanto estornudamos procede de tiempos medievales en los que el estornudo era síntoma de enfermedades que desembocaban en la muerte del enfermo, y la palabra Jesús hacía alusión a la necesidad de la reflexión del enfermo ante una posible muerte. Antes este sacramento se llamaba extremaunción.

El matrimonio católico está extendido hasta el punto que los no practicantes hacen uso de este ritual porque se ha convertido en un acto tradicional en nuestra sociedad actual. Este sacramento requiere previamente haber recibido los llamados sacramentos de iniciación y tras él los esposos no sólo reciben la bendición de la Comunidad sino que aceptan constituir una familia católica, admitiendo a Dios en su matrimonio y comprometiéndose a vivir según la moral católica y a educar en la religión católica a sus hijos.
La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo a la dignidad de sacramento entre bautizados.

Orden Sacerdotal: Los apóstoles de Jesucristo parcicipaban plenamente del misterio y son los actuales obispos quienes necesitan de los sacerdotes para administrar los sacramentos a la comunidad de fieles. Pero los sacerdotes deben recibir este sacramento que les confiere la "gracia" por ejemplo para consagrar en la misa. Por otra parte aceptan tomar una vida modélica como Jesucristo, aceptan asimismo la castidad por lo que los sacerdotes católicos no pueden casarse. Los sacerdotes son guías espirituales, son como pastores que cuidan de su rebaño (los fieles), visitando a los enfermos y atendiendo a los necesitados. Este ministerio es exigente y es necesario recibir este sacramento tras recibir una "llamada" espiritual. El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado